Con conciencia y educación, el agua encontrará salvación
Con conciencia y educación, el agua encontrará salvación
En saludo al Día Mundial del Agua, el Instituto de Geología y Geofísica (IGG-CIGEO) organizó la presentación de la ponencia Estado Actual de los Recursos Hídricos en Nicaragua: retos a futuro, a cargo de la MSc. Gabriela Murillo, responsable de la Unidad de Recursos Hídricos del Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE); también se realizó el concurso de redacción del lema para efemérides del agua, y se propició un debate sobre el documental Bombeo en seco: La crisis mundial de la desaparición de las aguas subterráneas.
Murillo detalló que Nicaragua cuenta con 2,337 Unidades Hidrológicas separadas en seis regiones hidrológicas de planificación: Pacífico, Río Coco, Caribe Norte, Río Grande de Matagalpa, Caribe Sur y Sur de Nicaragua. «Para la planificación se parte de cuantificación del recurso disponible; la evaluación de los recursos hídricos se ha realizado con modelo de simulación hidrológico, validando sus resultados con datos históricos en estaciones de aforos», indicó.
En cuanto a las aguas subterráneas, la conferencista resumió los esfuerzos para el estudio del abastecimiento hídrico subterráneo, el monitoreo de los niveles de agua, la contaminación y vulnerabilidad de acuíferos y ríos; sin embargo, también se refirió al impacto dejado por la agricultura respecto a contaminación y escasez.
«Pese a los problemas de abastecimiento de agua en zonas críticas como el Corredor Seco de Nicaragua, las precipitaciones promedio superan los 700 mm, aunque se debe tomar en cuenta la irregularidad espacial y temporal de esa misma zona. En El Caribe nicaragüense se ha presentado un aumento significativo de las precipitaciones y escorrentías», precisó Murillo.
El concurso del lema del evento generó frases por los participantes; las galardonadas fueron: Con conciencia y educación, el agua encontrará salvación, por Dorian Mendoza; Si protegemos el agua aseguramos nuestro futuro, de Manuel Enrique Guerrero, y No apreciamos el valor del agua hasta que se acaba, por Guillermo Gaitán.