La ingeniera Teresita Olivares Loáisiga, geóloga de la Dirección de Vulcanología del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), presentó su tesis Correlación entre la erupción del volcán Momotombo del año 2015, con el evento sísmico del 10 de abril del 2014, como parte del programa de defensas de la Maestría en Gestión Integral del Riesgo de Desastres, impartida por el Instituto de Geología y Geofísica de la UNAN-Managua.
Olivares realizó cálculos y modelaciones numéricas para determinar el posible vínculo entre dos fenómenos: el sismo de 6.1 grados ocurrido el 10 de abril del año 2014 a 10.4 km, en el extremo occidental del Lago de Managua y las erupciones del Volcán Momotombo, acontecidas entre diciembre del año 2015 y abril del año 2016. Su propósito fue estudiar los posibles efectos de los sismos del 2014 sobre el sistema volcánico del Momotombo y definir un escenario de riesgo ante un sismo de esa misma magnitud en el Lago Xolotlán.
Para argumentar su hipótesis, se basó en la suposición de que un evento sísmico puede modificar las condiciones físicas de un volcán, en las transferencias de esfuerzos estáticos y en los aumentos de presión producto de las ondas sísmicas del 2014 dirigidas hacia el Momotombo. De esta forma concluyó que el sismo fue la causa principal de la actividad volcánica en este coloso, que durante cuatro meses mantuvo alerta a las comunidades aledañas producto de la erupción de lava, gases y cenizas.
El Momotombo se formó hace 4,500 años; tiene una altura de 1305 m s.n.m. y su caldera mide 150 por 250 metros de ancho. El registro eruptivo evidencia actividad en 1522, 1764, 1870, 1885, 1886 y 1905. Su erupción más grande se dio en 1609, durante la cual cubrió de cenizas la antigua capital del país, León Viejo, lo que ocasionó la movilización y reubicación de toda la ciudad hacia el actual León.