Presentan estudio de los efectos de los gases del Volcán Masaya en edificaciones de El Crucero

Presentan estudio de los efectos de los gases del Volcán Masaya en edificaciones de El Crucero

El Ing. Rinath José Cruz defendió su tesis Evaluación de Riesgo por gases volcánicos del Cráter Santiago en el casco urbano del municipio El Crucero, como parte de la segunda jornada de defensas de la Maestría en Gestión Integral del Riesgo de Desastres que ofrece el Instituto de Geología y Geofísica (IGG-CIGEO) de la UNAN-Managua. 

Cruz se enfocó en el análisis de la emisión de dióxido de azufre, estimación de la vulnerabilidad física de las viviendas y la elaboración de una propuesta de un modelo para el diseño de edificaciones resistentes y resilientes para esta afectación. También diseñó un mapa de vulnerabilidad física del casco urbano del municipio, un mapa de riesgo con los datos de amenaza de gases y casas vulnerables en dependencia del tipo de construcción.

El Crucero está ubicado a 27 kilómetros de Managua, tiene 225km2 de superficie, 15,804 habitantes y 1,415 casas de habitación; debido a su posición geográfica y a la dirección del viento, las viviendas y las plantas de esta localidad se ven afectadas por los gases volcánicos del cráter Santiago, el que emite a diario entre 1,200 y 2,500 toneladas de gases. Los gases emanados por el volcán están compuestos por dióxido de azufre, ácido sulfúrico, óxido de nitrógeno, ácido clorhídrico y ácido fluorhídrico, y recorren más de quince kilómetros. Los valores más altos de dióxido de azufre se han presentado en los meses de mayo, agosto y septiembre.

A partir de sus resultados, Rinath sugiere estudiar los efectos a corto y largo plazo de la exposición de los pobladores a un ambiente afectado por gases, utilizar los datos de simulación y de concentración de gases en la actualización del plan multiamenazas de la caldera Masaya. En cuanto a los aspectos constructivos, recomienda capacitar a la población en el empleo de techos PVC, polipropileno y derivados plásticos para evitar el deterioro acelerado y los marcos estructurales de las viviendas expuestas a la intemperie, además de madera curada como el bambú debido a su flexibilidad y resistencia a los gases.