UNAN-Managua promueve estudio de las ciencias espaciales

UNAN-Managua promueve estudio de las ciencias espaciales

En saludo al Día Internacional del Asteroide el Instituto de Geología y Geofísica (IGG-CIGEO) y el Observatorio Astronómico de nuestra Universidad organizaron un ciclo de conferencias en las instalaciones del Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT), con el fin de despertar el interés de la juventud nicaragüense por las ciencias del espacio mediante la presentación de resultados de las investigaciones desarrolladas por la UNAN-Managua.

Las palabras inaugurales estuvieron a cargo de la Directora del IGG-CIGEO, Dra. Heyddy Calderón, quien se refirió a la importancia de la promoción de otro tipo de ciencia más allá de la que conocemos en la cotidianeidad; resaltó que este evento es producto de las relaciones de trabajo que ha venido reforzando el IGG-CIGEO con el CONICYT, el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y otras instituciones estatales.

La actividad contó con la participación, mediante videollamada, del Dr. Pierre Rochette, Académico de la Universidad de Marsella, Francia, quien ha dirigido estudios en el Valle de Pantasma para determinar si este cráter es de origen meteórico; durante su presentación argumentó que entre las evidencias de que es un cráter de impacto están las muestras de tectitas, vidrios formados por el impacto de meteoritos, encontradas en algunas regiones de Belice. Según el Dr. Rochette, el cráter pudo haberse formado hace más de 800 mil años, su diámetro es de 14 kilómetros y es posible que sea el primer cráter de impacto en la región centroamericana.

La segunda ponencia estuvo a cargo del Dr. Marcel Chow, Investigador del IGG-CIGEO, quien realizó un resumen sobre los retos y las perspectivas en el estudio del cráter de Pantasma, sobre el que ya se han publicado artículos científicos y noticiosos, lo que ha despertado mucho interés por la teoría sobre su origen y porque gracias a su atractivo geológico, morfológico y natural puede llegar a constituirse en un Geoparque.

El IGG-CIGEO se ha interesado por estudiar la zona y con fondos propios ha financiado jornadas de campo en este cráter, las que incluyen la definición de la geología local, del tipo de fallas y la toma de medidas geofísicas para determinar anomalías en el campo magnético que puedan asociarse al evento que originó el cráter. Una de estas jornadas contó con la compañía del Dr. Rochette, durante la que se recopilaron muestras de rocas y se comprobó el contacto entre las rocas metamórficas y las rocas volcánicas terciarias del grupo Matagalpa. En coordinación con las autoridades locales el IGG-CIGEO tiene previsto continuar con los estudios para aportar evidencias que ayuden a determinar el origen del cráter, ampliar la descripción de la geología y explorar fuentes hídricas para abastecer a la población del municipio.

La ponencia de cierre fue desarrollada por el Maestro Humberto García, Académico del Observatorio Astronómico de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la UNAN-Managua; en su alocución García detalló los argumentos que evidencian el origen meteórico del cráter descubierto en septiembre de 2014 en el sector del aeropuerto nacional, entre las que destacó el ángulo de inclinación próximo a los 40 grados, las brechas de impacto y material expuesto a altas temperaturas encontrados en el sitio, el estado de la vegetación circundante, el tipo de vibración del suelo en las cercanías, la presencia de elementos magnéticos en los materiales del cráter, así como la similitud con otros fenómenos acaecidos en Rusia en el año 1990 y Perú en 2009.

Los asteroides son objetos rocosos que orbitan alrededor del Sol; algunos se encuentran en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y otros en la misma órbita de algunos planetas. Ellos son restos de la formación de nuestro sistema solar por lo que pueden brindar mucha información sobre la historia de los planetas y del Sol. El asteroide Ceres es el más grande del sistema solar, con un diámetro de 939 km y el mayor impacto registrado en nuestro planeta sucedió en 1908 en la región siberiana de Tunguska, Rusia, donde explotó un asteroide de 37 metros causando destrucción de flora y fauna en más de 2,000 kilómetros cuadrados.

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